Hoy pienso en ella princesa del infierno opios infalibles en el mantel de fuego soy el villano de esta puesta en escena comparto la sed y la ceguera su belleza es el triunfo que salva mi pequeño mundo ¡ay diablita, dame tu dolor! (yo se como usarlo) ¡ay dios, vamos diablita quiero ser tu anfitrión! ¡vamos, apostemos la monedita al campeón! despreciemos el edén ¿tendrá diablita las llaves del destino? no son muchos los fiadores de un dios mendigo ella está ahí, temblorosa en la telaraña esperando a la presa sus ojos como hendiduras sumidos en un trance por las noches sube a mis huesos para poder tocar las estrellas bebe mis palabras y corre por mis venas ella espera ser mordida para entregar su jugo así es ella, mi verdugo un viento que muerde la peste y juega con mis nervios un demonio que no duerme bien de noche un manojo de espinas al alcance de mi mano más frágil y más caliente que el diablo se alimenta de su fresco y sedante misterio y así, de vez en cuando bajo a su infierno a lamerme las heridas.