En la barra de rehabilitación… Sin excusas, ni derecho a consumición. Volaba bajo pero volaba Y camuflaba bien el corazón… Fuera la falda, nos bastaba un edredón Salió septiembre huyendo de la habitación. Todo pasó demasiado deprisa, Se quedó mudo hasta el siniestro reloj De repente se esfumaron las risas Y tu portazo dejó fuera un adiós. Maldito taxi que borró mi destino, Como un suicida que no quiere crecer… Al oído, pude oír a Lucifer. Y un día cualquiera pillaré su camino, Y sin remedio volveré a caer Agarrado a una droga que no se ve. Son las musas, que me han engañado otra vez. Todo pasó demasiado deprisa, Se quedó mudo hasta el siniestro reloj De repente se esfumaron las risas Y tu portazo dejó fuera un adiós.