(Espanol) Divina Lysi mía: perdona si me atrevo a llamarte así, cuando aun de ser tuya el nombre no merezco. A esto, no osadía es llamarte así, puesto que a ti te sobran rayos, si en mí pudiera haber atrevimientos. Error es de la lengua, que lo que dice imperio del dueño, en el dominio, parezcan posesiones en el siervo. Mi rey, dice el vasallo; mi cárcel, dice el preso; y el más humilde esclavo, sin agraviarlo, llama suyo al dueño. Así, cuando yo mía te llamo, no pretendo que juzguen que eres mía, sino sólo que yo ser tuya quiero. Yo te vi; pero basta: que a publicar incendios basta apuntar la causa, sin añadir la culpa del efecto. Que mirarte tan alta, no impide a mi denuedo; que no hay deidad segura al altivo volar del pensamiento. Y aunque otras más merezcan, en distancia del cielo lo mismo dista el valle más humilde que el monte más soberbio, En fin, yo de adorarte el delito confieso; si quieres castigarme, este mismo castigo será premio. (English) My divine Lysis: do forgive my daring, if so I address you, unworthy though I am to be known as yours. I cannot think it bold to call you so, well knowing you've ample thunderbolts to shatter any overweening of mine. It's the tongue that misspeaks when what is called dominion-- I mean, the master's rule-- is made to seem possession by the slave. The va**al says: my king; my prison, the convict says; and any humble slave will call the master his without offense. Thus, when I call you mine, it's not that I expect you'll be considered such-- only that I hope I may be yours. I saw you-need more be said? To broadcast a fire, telling the cause suffices-- no need to apportion blame for the effect. Seeing you so exalted does not prevent my daring; no god is ever secure against the lofty flight of human thought. There are women more deserving, yet in distance from heaven the humblest of valleys seems no farther than the highest peak. In sum, I must admit to the crime of adoring you; should you wish to punish me, the very punishment will be reward.