Siempre se hallaba sola en su habitacin, sola como su sombra, siempre era as. Era difcil irse a dormir sin otro cuerpo con que poder hacer entre dos el silencio. Y apareci de pronto cierta emocin a la que am con toda la soledad. Y regresar a la habitacin comenz a ser la hora de acomodar entre dos el silencio. Despus del da lleno de voces iba a para su hogar, donde las voces, a su costado, continuaban sin parar. Ahora llegar a la habitacin no era la soledad, sino la despedida del da que insista en no acabar. Nunca se hallaba sola su habitacin, nunca encontr su sombra, siempre era as. Era difcil irse a dormir siempre con otro cuerpo con quien tener que compartir el silencio. Y desapareci de aquella cierta emocin a la que am con toda la soledad. Y desde entonces su habitacin fue como un parque abierto donde pudiera retozar el silencio.