Sobre la bandera del racismo el etnocidio construyó su religión y predicó la moral esclava el perdón en la desidia y la base cultural de la expropiación y así el edén se reinventó (gritá, gritá!) mientras socializa sobre la tradición Y ese dogma reaccionario del fascista disfrazado de predicador nos educó con la otra mejilla cacheteada por la farsa en conformismo y sumisión en la redención porque el edén nunca existió (gritá, gritá!) todos sus valores mueren hoy en su Dios Dios se murió! Dios se murió! Alguien gritó que murió