Hay un supermercado en el semáforo, cualquiera cosa que quieran comprar; fruta, flores, dulces, cocos, fósforos, lo único es que tiene que parar. Si el vidrio de su carro no está sucio, con mucho gusto se lo ensucio más; la luz dura tanto como el disgusto, pero el impuesto a la miseria hay que pagar. Eso es lo justo; impuesto a la miseria hay que pagar, después del susto, cuando creyó que te iban a pegar. Tenga cuidado, y no vaya a atropellar a la niñita que va vendiendo et pivá; baje ese vidrio pa' que vea los pimentones, y juegue vivo, no vaya perder el "Rolex" Llévese, por favor, la flor marchita; y el pan que bajo el sol se fermentó; el mani dulce pa' darte al muerto su misa, plátano verde para pagarle al doctor. Ay, señor! Hay un supermercado de dolor, Ay, señor! Hay un supermercado de dolor. Coro: En el semáforo