Alerta, como un soldado en una garita desnudo, como un chiquillo recién nacido crispado, como las manos de un trapecista planchado como los trajes de los domingos. Me defiendo como gato panza arriba sin llegar a distinguir a mi enemigo, y me enredo con los hilos de tu vida y me enfrento a un inventario de castillos. Y a veces se me olvida que solo soy espectador a veces las canciones se convierten en ceniza y el corazón hundido en un bolsillo de mi pantalón y la ciudad palpita con horario de oficina. Camino con los cordones desabrochados enfilo algún bar abierto al doblar la esquina presiento la luz dorada de un escenario pero las cosas del alma no se adivinan. Me despiertan las noticias en la radio y me abruma la locura de los días y me aprendo de memoria el calendario las maneras de vivir son solo mías. Y a veces se me olvida