A LA VIDA No te llevarás el rojo de mi mejilla Poderoso como el desborde de un río. Eres cazador, pero no me rendiré. Tú eres la persecución, pero yo soy la fuga. ¡No cogerás viva a mi alma! En plena persecución, en plena carrera desbocada, El caballo árabe arquea el pescuezo Y se corta la vena con los dientes.