La inhibición de los sentidos, esa facultad que me dejé crecer en un rincón del pecho, en el rincón de un bar. Se hizo pronto mi mejor papel, una estrategia de aproximación, el primer premio por un pésimo guión. Un jueves con un poco más de luz. Paseo la intención que hará de hoy un día feliz, o una buena imitación. Estaba descansando el vicio de hacerlo todo más difícil y te vi venir y quise dejarte seguir. Y ahora estamos pensando si echar el telón. Si aparecen fantasmas, que vengan a molestar, que hoy no hay miedo que valga, nada que ocultar. Que se apaguen las luces, nos toca adivinar. La historia ya la tenemos, falta el gran final.