(Francisco Ulloa) Ay, mamá (aé) óyeme mi negra (oé) corazón bendito óyeme, mi negra corazón bendito no le des disgusto a tu papacito no le des disgusto a tu papacito Eh,... oh... ay, Lolita, oh... (¡Alínea!) A mí no me gustan, Lola a mí no me gustan las mujeres ajenas a mí no me gustan las mujeres ajenas tienen un sabor a la berenjena tienen un sabor a la berenjena Ay, Lola... oh... ay, Lolita, oh... ¡Fiesta! ¡Fuego, Ulloa! Ay, mamá ay, Lola, oh... le dije a mi negra que a mí no me cele le dije a mi negra que a mí no me cele que a mí no me gustan todas las mujeres que a mí no me gustan todas las mujeres (Improv.) ¡Ey!... ¿Qué? ¡Guasábara! (Parlando) ¡Usted la paga, mano! Un canto de hacha es una antigua tonada de trabajo, que se cantaba en el campo cuando un grupo de vecinos unían fuerzas para cortar un árbol. Las letras pueden tratar de cualquier tema, lo importante es cantar con ritmo constante, de tal manera que el hacha caiga sobre el árbol al final de cada verso, que termina con una exclamación rítmica ("oé .... aé"). Obviamente, los verdaderos cantos de hacha se cantan a un ritmo considerablemente más lento que el acelerado "perico ripiao" en el cual Francisco Ulloa escribió esta canción.