Vos sos mi diez, más que Diego en el Estadio Azteca, vos que sabés apoyarme los pies sobre la tierra. Como vos no hay igual, puro y angelical, mi obra de arte más bella, cuando escribís “Papi, te quiero”, cuando llamás me decís: “Papi, te extraño”. Y no te hagas daño, mi amor, no sé dónde estoy, no sé quién soy, lloro por vos, te regalo el cielo, el mar, el sol, mi corazón. Vos me enseñás cada día a ser mejor persona, vos me tirás con un uppercut mi ego a la lona. Me mostraste la luz, me volviste feliz y a sacarme las dudas. Cunado te vas, hijo, no puedo, pero volvés, me abrazás... Te juro que yo muero y mato por vos, mi amor, no sé dónde estoy, no sé quién soy, lloro por vos, te regalo el cielo, el mar, el sol, y mi corazón. Vos endulzás mis mañanas con tan sólo un beso, pero vos que lográs alejarme de todos los excesos. Como vos no hay igual, puro y angelical, mi obra de arte más bella, cuando escribís “Papi, te quiero”, luego llamás, me decís: “Papi, te extraño”. Y no te hagas daño, mi amor, no sé dónde estoy, no sé quién soy, lloro por vos, te regalo el cielo, el mar, el sol, y mi corazón. Y mi corazón... Lloro por vos.