No sé en que parte de esta historia perdí el argumento primario. No sé qué cojones me agobia. Hoy según dice el calendario. Vuelve a llegar la primavera y me molesta el sol. Alma que nunca se deshiela y se queja del calor. Saco la cuenta de memoria, no se me pierda algún lucero. Mira que en silenciosa euforia, sale hierba y me crece el pelo. Vuelve a llegar la primavera y me molesta el sol. Alma que nunca se deshiela y se queja del calor. Sufro locura transitoria. Bajo a la Tierra y cruzo la línea divisoria que separa en esta historia la locura y la razón. Coño. Un ruido del demonio. Se mete en mi cabeza. Se enciende dentro un puto rayo que no cesa. Tieso. Yo sigo todo tieso la misma trayectoria y no entiendo por qué estás cada vez más lejos. Ahora que ya no entiendo nada y no me funciona un hemisferio, quiero saber si entre tus bragas está la clave del misterio. Y entro y rebusco en tu colada a ver si allí estoy yo. ¡Coño! Que noche tan cerrada hay en tu habitación. Sufro locura transitoria. Bajo a la Tierra y cruzo la línea divisoria que separa en esta historia la locura y la razón. Coño. Un ruido del demonio. Se mete en mi cabeza. Se enciende dentro un puto rayo que no cesa. Tieso. Yo sigo todo tieso la misma trayectoria y no entiendo por qué estás cada vez más lejos. Tirado en la calle en una esquina justo iba a quedarme dormido y vi a las astutas golondrinas colgar de tu balcón su nido. Y otra vez. Una y otra vez. Otra vez. Una y otra vez. Otra vez me siento ligero. Sin querer me escapo del suelo. Frente a tu ventana y a volverme a posar. De un trilero aprendo una canción y a volver a empezar... ...otra vez. Una y otra vez. Otra vez como un aguacero que al caer preguntaba al cielo. Ya no me importa, ya no me hace daño. Ya no me acuerdo si fue imaginario. Ya no me dejo llevar. Pero si el viento no sopla, mejor. Estoy viendo molinos. Ya arreglaremos cuentas. Gigante descomunal. Que seguro que me siento mejor después de haber vencido. Siempre soy yo mi guerra. ¿Qué hace esta cabra fuera del rebaño? Vamos a tirarla desde el campanario. Si por mí preguntan diles que me he ido. Del mundo no quiero que llegue el sonido. Si alguien me denuncia di que yo no he sido. Que el mundo hace tiempo que estaba podrido. Y otra vez me arranco despacito al sentir que nada necesito. Solo columpiarme y aunque me duela, vuelvo a preguntarme a donde me llevan. ¿Qué hace esta cabra fuera del rebaño? Vamos a tirarla desde el campanario.