Un ejército de sueños blancos y rojos galopa por el cielo, invisible y misterioso. Las nubes y el viento van pasando y ordeno en ellos mis susurros y lamentos. Son susurros de amor puro y lamentos de frío y soledad. Y yo me quedo estacionado con mi cuerpo en estas sierras de nieves y de lumbres. Mas mis sueños van contigo, viento fresco y nube algodonada. Llevadme con vosotros a tierras agrietadas y a corazones de amor desatendidos. Llevadme con vosotros a corazones de amor desatendidos que quiero repartir en esos corazones este amor de invierno que me abrasa. Y quiero dar mi luz a esos ojos cegados por la escarcha y el olvido. Para la vuelta no os preocupéis amigo viento y nube blanca; andaré solitario por veredas en la noche solitaria. Comeré en cualquier camino frutos de sueños y hojas invisibles y cualquier día volveré a ver pasar por mis sierras con la lluvia, con la nube y con el viento a mi ejército de sueños, aún errantes.