Me escondo en una esquina donde no me puedan ver, después de cuatro vinos y unos tristes canapés. La suerte está de mi lado, se me acerca una mujer. Me dice: "Yo soy Amparo y te quiero conocer". Y yo que soy un caballero, dos besos le pego con mucha fe. Me bebo mi ron entero y con el tequila me echo a perder. Lo cierto es que poco hablamos, sólo le dije: "Acompáñame". Salimos y caminamos y nos plantamos en el hotel. Y tanto tequila lo tengo que dejar, no quiero disgustos se que despierto y llegan los sustos. Y vale ya de sobresaltos, con quién me acuesto no me levanto. Y tanto tequila... Lo malo de los alcoholes es que no te dejan ver, debajo de los disfraces, lo que puede aparecer. Me pasa por cariñoso, soy donante de placer. Y sé que amar tiene riesgos que uno tiene que correr. Y mira que no espabilo, que con el tiempo voy a peor. Lo pienso y a veces digo: "¡ Quédate en casa que estás mejor!". El caso es que de mañana muy educada Amparo se va. Me dice: "No pasa nada, no te levantes y un beso más". Y tanto tequila lo tengo que dejar, no quiero disgustos se que despierto y llegan los sustos. Y vale ya de sobresaltos, con quién me acuesto no me levanto. Y tanto tequila... Lo tengo que dejar el tequila!! No quiero disgustos, se que despierto y llegan los sustos!!! Y vale ya de sobresaltos, con quien me acuesto no me levanto!!! ¡Lo tengo que dejar! El tequila!!!!!!