Llvame contigo a la cumbre ms alta para tentarme con mil ciudades de oro y carne que pondr a tus pies. Aparta de m tus labios, son puales sus palabras traidoras, acrcame todos sus besos que me matan dulcemente en el silencio. Condname por los siglos de los siglos a vivir clavado a tu cuerpo apasionado, as podrn nuestras almas redimiese de la condena eterna. Flaglame si merezco penitencia, somos la herida; mis llagas sern los surcos que encauzarn tus iras. Ponme, si es nobleza lo que obliga. la corona de espinas, la sangre que mane de mis sueos purificar tus pensamientos. Enjgame el sudor y las lgrimas con tu mirada, que quede eternamente en tus pupilas grabado el rostro de quien ms te am. Si no supone una cruz sobre tus hombros, aydame a soportar este ingrvido peso que me aferra al centro de tu gravedad. Expliame, si el deseo te lo exige, desndame ante ti; te ofrecer mi cuerpo en sacrificio de amor y muerte. Crucifcame, si no te tiembla el pulso, crucifcame; pero hazlo con los clavos de tus ojos, con los golpes de tu corazn. Recgeme en tu regazo cuando caiga, te lo suplico; junto a tu vientre consumado mi bien amada te encomendar mi espritu. Aleluya