Casi sonaban las doce, cuando llegó aquel vaquero,
desensilló su caballo, y se quitó su sombrero.
Venía a pasarse la noche, con la más linda del pueblo.
Estaban recién casados, salió a trabajar tres días,
bajó ardiendo en deseos, por la mujer que él quería,
la muerte andaba rondando y nadie la presentía.
Estaba lloviendo fuerte, con el goteo se arrullaban,
porque no se percataron cuando el vaquero llegaba,
un relámpago alumbró a dos cuerpos en la cama,
el odio cegó su mente, con rabia les apuntaba,
se oyeron detonaciones hasta acabarse las balas,
quería cobrarse la ofensa, eso era lo que él pensaba.
Cuando descubrió los cuerpos, quiso morir de tristeza,
primero abrazó a su esposa, después a su madre muerta.
La tempestad de la noche, les regaló una sorpresa.
Su madre por la distancia, muy poco los visitaba
y se sentía temerosa si el cielo relampagueaba,
por eso durmieron juntas, por sentirse acompanadas.
Después que las enterraron, se oyó un disparo a lo lejos,
se presentía la tragedia por los acontecimientos,
en donde se oyó el disparo, estaba el vaquero muerto.