Luchando en mi infinito muerto
Asqueado de los vicios sobrehumanos
Con fatiga y dolor inexorable
Los caminos se ciñen de infortunio
Ensangrentadas mis aspiraciones
Boquean llorando heridamente
Mi rabia y juventud
Decae en fétidos funerales
Hundido y sin alimentos
Turbio y horrible es mi destino
Mi tumba es mi corazón
Que huele a odio y llanto
Pesado es mi ataúd
Marchando a la desesperanza
Ahogados en el camino
Hay más cadáveres
Sólo mis ojos sobreviven
Aborrezco mi propio ser
Mi vagar y mi alma imperfecta
Sólo queda...un altar confuso