Cleopatra llama a sus esclavas
Coge un cesto de mimbre en el que están alineados grandes higos
Retira uno por uno los frutos de la cesta
En el fondo encuentra la serpiente inmóvil
Temblando, jadeando
Cleopatra ordena a sus esclavas
Que corran las cortinas
Y cierren las puertas
Cleopatra coge la serpiente
Aplica la boca y los dientes del reptil contra su pecho
Se tiende en su lecho tras un débil gemido
Se cierran sus ojos sin huella de llanto
El mar está tranquilo
Un barco lejano
Los llantos de las esclavas
Inundan la habitación