Muertos no son los que yacen en una tumba solitaria y fría...
No... no...
Nada de esto es cierto... no estás aquí
Ni yo aquí me encuentro
Siembra de rosas negras, huerto de lo siniestro
Hoy tu aliento se deshace
En la carne del silencio
Muertos son tal vez los que tienen muerta el alma
Y aún respiran todavía...
Oh... Oh...
Las mentiras en tus labios se delatan
Mis palabras como humo en escafandra
Protegieron mi cordura, de tu tóxica locura
Anidando entre tus huesos, yo fui el ave de la nada...
Será... que aún no lo entiendo, viviendo entre tanto muerto
En mí no hay más que un triste ser
Hoy que no estás aquí... ya nada es...