Cuando río de placer y me quedo solo suspirando formas de humo ... Dulce criatura, nunca estás segura y yo soy tan dependiente de tu amor. No me sigas, no sé dónde voy; las cenizas vuelan en un claroscuro y me nublan. Paso la frontera
del dolor suicida. Alma fugitiva, libérame. Cuando estés dormida volveré a tocarte, me confiaste ser tu ángel. Aunque: dulce criatura, nunca estás segura, ya no tengas dudas, soy tan dependiente de tu amor.