Cuando río de placer
y me quedo solo suspirando formas de humo ...
Dulce criatura,
nunca estás segura
y yo soy tan dependiente de tu amor.
No me sigas, no sé dónde voy;
las cenizas vuelan en un claroscuro y me nublan.
Paso la frontera
del dolor suicida.
Alma fugitiva, libérame.
Cuando estés dormida
volveré a tocarte,
me confiaste ser tu ángel.
Aunque:
dulce criatura,
nunca estás segura,
ya no tengas dudas,
soy tan dependiente de tu amor.