La noche era una llama,
la luna estaba tierna,
agosto era un suspiro,
de cálidas estrellas.
El mar se deshacía
mojado en tus caderas,
la arena entre tus labios
jugaba con mi lengua.
Y empapados de agua y luna,
enlazados cuerpo a cuerpo
recorrimos las espumas
hasta el fin del Universo
donde nace el Universo,
cuando estalla el Universo,
el Universo.
Sentí que me sentías
meciéndote por dentro
las olas eran ritmos
del mismo movimiento.
Disuelto en tus entrañas
de líquidos secretos
desentrañaba el nudo
de Dios y su Misterio.
Y empapados de agua y luna,
enlazados cuerpo a cuerpo
recorrimos las espumas
hasta el fin del Universo
donde nace el Universo,
cuando estalla el Universo,
el Universo.