El hombre bebe una copa ancha,
aunque no cabe el peso de su extraa gracia,
y brinda por la muerte de su abril.
Despus se subi a un sitio inexpugnable
y canta un canto que suena agradable,
aunque por dentro vuelve a maldecir.
El hombre niega de su rica tierra,
es su propio enemigo en esta nueva guerra:
el hombre vio su rostro sucumbir.
Que se abra bien la casa de la historia,
que se revise el trono de la gloria,
porque un hombre sin rostro va a morir.
Oh qu sensacin,
no tener rostro y contemplar el mundo
con ojos tan profundos
como con ojos de guardin del sol!
Oh qu sensacin,
no tener rostro al enfrentar la muerte,
correr la doble suerte
de rastreadores y de perseguidos,
teniendo tanto de estrella escondido!
Cuanto milln de rostros no tendr
el que nos regal la claridad.