Yo me manejo bien con todo el mundo,
en eso mi padre puede estar tranquilo:
l me ha dejado en vida sus ahorros
Y yo corro con los gastos del asilo.
Como mi mujer, cuando nos vemos, nunca
tenemos el ms mnimo conflicto:
ella se ocupa de alimentarme los nios
y yo le paso un tanto al mes por los servicios.
No s a qu viene, portera, que vaya usted por ah
contando groseras de m.
Que al jefe siempre estoy listo a servirlo,
lo que me dice coincide con lo que pienso,
le tapo sus chapuzas, le presto mi piso
y l me recomienda para un ascenso.
A los subordinados s tratarlos
con mano izquierda, les llamo camaradas,
ellos pregonan que soy muy campechano
y a cambio no me piden nunca nada.
No me cabe en la cabeza lo que llegan a escribir
en las paredes del retrete de m,
que me llevo bien con las autoridades,
jams los llamo con nombres soeces,
yo les consiento sus barbaridades
y ellos cuidan de mis intereses.
En las cuestiones espirituales,
con las sotanas me entiendo de perlas,
yo les financio sus bienes temporales
y ellos tramitan mi salvacin eterna.
No s cmo hay quien se atreve en esta comunidad
a poner en duda mi moralidad.