Sí, es ella la primer mujer que ya jamás podré olvidar, es mi fortuna, el precio que debo pagar. Sí, es ella la canción que amé, que habrá cantado quizás quién. Es el verano que cambió un día de otoño para mí. Sí, la esclavitud, la libertad, la duda o la serenidad, preludio al día luminoso del amor. Ella es el espejo donde yo hago mis sueños reflejar, es el futuro que le haré de ahora en más. Sí,
ella es la única mujer tras de la larga soledad como es intransigente, imprevisible para mí. Sí, ella el amor que llega del ayer y va a quedarse para siempre aquí por todo el tiempo que yo viviré. Sí, a ella ya no renunciaré, por ella sobreviviré al tiempo más difícil y a la adversidad. Sí, sonrisa y lágrima ella es. Ella es la luz que yo soñé y que en la noche de dolor va paso a paso junto a mí. Sí, sí.