Qué hermosas son las manos
Del humilde labrador;
Que se sumen en la tierra
Que trabajan sol a sol
Qué bonitas son las manos
De una novia en el altar;
Y qué tristes son las manos
Que van en un funeral
Diga usted, si hay más ternura
Que se pueda imaginar
Que en las manos pequeñitas
De los niños al rezar
Todo aquel que tenga madre
No podrá jamás negar
Que las manos de una madre
No se pueden comparar
Y aquel que no la tenga...
Que perdone mi canción
Pues quiero hablar de manos santas
Las de madres ¡esas son!
Pero hay manos que son garras
Cegadas por la ambición
Que ordenan ¡a la guerra!
Y siembran desolación
Pero hay dos manos que el hombre
Hace tiempo ya olvidó
Manos que fueron golpeadas
Humilladas por el odio y el rencor;
Manos que hicieron milagros
Manos que dieron amor
Miren bien... quiero que vean...
¡pues son las manos de Dios!