Te tengo en casa conmigo
en casa vaso de vino,
en el olor de la almohada
en una foto pegada.
Te tengo en casa conmigo;
porque dos meses no alcanzan,
diez cuadras no son distancia
para poder olvidar.
Te tengo en casa conmigo
en un cartel de te quiero,
también en ese bolero
que yo escribí para vos,
para vos, para vos.
Te tengo en casa conmigo
en una manta peruana
un domingo a la mañana
leyendo en el balcón
y te veo en el patio
por la ventana,
en el teléfono que llama
o en la mesa de algún bar.
Y me alcanza con quedarme,
en tu mirada
donde aparecen las ganas
de volver a comenzar.
Te tengo en casa conmigo.