"...Y si un puente es necesario
para unirte a mi cariño,
volveré por ti a ser niño
para un puente edificar".
Otra vez,
como en un sueño,
volverán
tus veinte años...
Juventud, viejo milagro,
repetido y no gastado,
solo amor
tengo y te ofrezco...
nada más.
Pero ya sobra:
hasta el mar se vuelve manso
cuando - al fin -
la arena de la playa
besa.
Ya verás
si te regalo el sol, qué luz...
Ya verás
qué amigos son el cielo y tú.
Vamos, no te importe ni lo pienses,
que las aguas bajo el puente,
cuando pasan, ya no vuelven...
Tan feliz,
ser de repente tan feliz
y vivir
con un motivo de vivir...
Ven, dame la mano y caminemos.
Queda cerca el horizonte...
y hay apuro por llegar!