Yo no quiero ser el que te diga
qué está bien y qué está mal;
porque como siempre vas a hacer
lo que quieras igual.
Yo no quiero ser el que esté en el medio,
entre tu enfermedad y el remedio;
yo no quiero ser ese, nunca más,
nunca más.
La tomo con calma, mejor salvar mi alma,
hay cosas que mejor no hacer;
llega la mañana y no puede ser peor,
a menos que se ponga a llover.
Aparte de una gran pena,
siento en este momento por ti,
vergüenza ajena,
vergüenza ajena.