Aquel día amenazaba más tormenta y la tormenta no se hizo de rogar aunque más de uno creyera un los milagros el que más y el que menos no sabía que apostar porque le tiempo es el tiempo y él decide cómo dónde y cuando quiere descargar. Y a las cuatro cayeron dos rayos segando de cuajo otro árbol más. Y cayó hasta calarnos los huesos, y cayó fría y sin compasión una lluvia violenta y salvaje hasta hacernos dudar de si existe Dios y cayó hasta calarnos los huesos, como pernos de vía de tren una lluvia violenta y salvaje hiriendo la carne abollando la piel. Y fundidos de rabia impotentes miramos al cielo queriendo entender porque es brutal aguacero porque los dos rayos algo no va bien. Y si no hay nadie que pueda detener, la tormenta que os moja sin parar usaremos nuestra fuerza tanto si esta mal o bien para estar secos por siempre de una vez. Y cayó hasta calarnos los huesos,
y cayó fría y sin compasión una lluvia violenta y salvaje hasta hacernos dudar de si existe Dios y cayó hasta calarnos los huesos, como pernos de vía de tren una lluvia violenta y salvaje hiriendo la carne abollando la piel. cometimos el error de imaginar que algún día todo esto tendrá fin pero aquí nunca es domingo siempre cae más de lo mismo porque el tiempo es dueño de la tempestad y es posible que mañana será igual ya veremos quien deja de existir porque un árbol vale tanto como el precio de su hacha. hoy es lunes mes de octubre en mi país hoy es lunes mes de octubre en mi país. Y cayó hasta calarnos los huesos, y cayó fría y sin compasión una lluvia violenta y salvaje hasta hacernos dudar de si existe Dios y cayó hasta calarnos los huesos, como pernos de vía de tren una lluvia violenta y salvaje hiriendo la carne abollando la piel.