Otra vez, sin decir nada, se marcha de puntillas con el alba
Otra vez, como una posdata, un rastro de jazmín sobre la almohada
Yo que intento escapar de esta locura, de sus curvas y su forma de jugar
Yo que juré nunca más, pero aunque quiero no aprendo
Tu mírame!
Mírame, maldito corazón
Vivo colgado de sus besos
Líbrame de esta absurda obsesión y de la cárcel de su cuerpo
Ella es de esas mujeres que nunca se desnudan hasta el alma
Ella es piel de madrugada, es frío y soledad cada mañana