Su huella vino de los montes,
de algún remoto lugar.
Tan solitaria como el humo,
tiene espinas su danzar.
No tengas miedo de la noche,
una luz te guiará.
Un acordeón se ha desvelado,
el te ayudará a cantar.
Ay mujer de fuego,
llévame hasta ese lugar,
a tu loco vuelo
donde solo hay que bailar.