Donde el océano empieza a hacerse blanco hay una isla pocos han llegado allí la noche es más profunda que el mar una sirena en la gruta mayor guarda el secreto de mi amor. Una vez al año ponemos cargamentos de esmeraldas a sus pies se oye el eco de su risa y su voz se enreda como sus cabellos. Jamas creí poder soñar por eso estoy en la secta del mar.
Jamas creí poder soñar por eso estoy en la secta del mar. El misterio de sus ojos en los viajes es mi compañía y la alegría al conseguir esmeraldas es como sentir de cerca su mirada. Jamas creí poder soñar por eso estoy en la secta del mar. Jamas creí poder soñar por eso estoy en la secta del mar.