Estás enfermo
si piensas todo el día en el s**o,
no es nada bueno, no, no,
estar hablando siempre de s**o.
Pero hay una mujer desnuda
en cada tarro de yogur,
el cuerpo que jamás soñaste,
en las hojillas de afeitar,
en la pasta de los dientes,
y a la hora de cenar,
esa mujer blanca y desnuda
que se ofrece y que se da.
Estás enfermo
si piensas todo el día en el s**o,
no es nada bueno, no, no,
estar hablando siempre de s**o.
Pero hay una mujer desnuda
que te trepa por la piel
los pechos que jamás cantaste,
flotando en el café,
en el coche, en el asiento
delantero, está otra vez
esa mujer blanca y desnuda
que te vuelve del revés.
Si fuera equilibrado
justo igual por igual
el s**o que nos niegan
con el s**o que nos dan
en vez de tanto juego
y tanta gente silbando
me pasaría la vida...
Estás enfermo
si piensas todo el día en el s**o,
no es nada bueno, no, no,
estar hablando siempre de s**o.
Pero hay una mujer desnuda
dándole al bronceador
y en el frescor de la playa
y de su chicle se mastica su sabor,
una mujer desnuda,
puede haber incluso dos,
esa mujer blanca y desnuda.
Quién fuera de esa flor.
Estás enfermo
si piensas todo el día en el s**o,
no es nada bueno, no, no,
estar hablando siempre de s**o.