Sombra de septiembre
Baja la marea y sólo queda herrumbre
Calambres vibrantes en los vientres
Y a los manicomios abandonados les salieron flores silvestres
Cada vez que mudo de piel los dejo haciendo cábalas y esquelas a partir de esas secas escamas
Y yo ya estoy más allá, dejo atrás, escápome
(no puedo cargar además con como te lo tomes)
¿O te crees que esto es jauja y tal?
Sacar el bloc en la trinchera, en el hospital militar
Cuando te quitan todo menos el estrés (¡hasta el alma!)
Mas después de la tormenta: ¡me la van a mamar!
Sombra de octubre
Gravedad cero: ya no hay suelo ni techumbre
No hay fosa, no hay cumbre
Miro el mundo con ojos de guiri
Comprendiéndolo en su complexity (intentándolo, no juzgues)
Tu quieres que me responsabilice de un bebé que no tuvimos en la vida
Que, al parecer, se está ahogando en sus vómitos mientras duerme boca arriba…
De verdad, ¿qué quieres que te diga?
Si hasta Einstein sacaba la lengua… ¿Why so serious pues?
Explosiones, desórdenes…
Las aves del tendido eléctrico se van
Las flechas vuelven a los arcos, a los revólveres las balas
Sombra de noviembre
A lo mejor nunca he sido el de siempre
Amén
Ya no me avergüenzo de no ser simple
Gestiona como puedas la incertidumbre
Que a mí me da que ya me fundí, sólo me queda este spleen
Delirando como Nietzsche en Turín
No creo que sea el fin, si al fin y al cabo estoy en el coche de una canaria ahí escuchando “Ice Cream”
Yo soy un creador, no un mantenedor
Y, ¿qué coño? Siempre pierdo yo
¿Y tú me amenazas con coger a un bebé que no tuvimos en la vida y tirarlo a un contenedor?
Qué dolor
Sombra de diciembre
A rey muerto rey puesto. Y no pienso pagar aquellos impuestos
El fraile se quedó dormido en el convento y se le prendió fuego con él dentro
Aeropuertos llenos de gente escondiendo droga en el recto mirándote mal por sostener un litro abierto
Se te antoja meterme en ti y luego crezco dentro y ¿qué?
No tienes la flexibilidad, ¿y luego qué?
Sufrimiento, dolor. Y cada vez que te hable ponerme detrás de una máscara de soldador
Cuántas hojas de almanaque volando como en el plano en blanco y negro aquel…
Cuántas hojas de almanaque digo, ¿y al final qué?
Ay… Menos mal que apunto en mi bitácora…
Menos mal que apunto, digo, y que registro esos nanosegundos en los que junto lo mejor de los dos mundos