La codicia ha contaminado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de envidia, de rencor, los ha llevado a la miseria y a la matanza. Hemos crecido demasiado deprisa. ¿Y de qué ha servido? La tecnología, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia. Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia duros y vacíos. Hemos empezado a pensar pero hemos dejado de sentir. Nos hemos convertido en esclavos del destino.
¿Lo has pensado?
¿Realidad o imaginación?
Han dado órdenes al jefe del estado de cada nación,
conspiración
contra nuestra libertad lo llamo.
Respiramos ansiedad y no avanzamos.
Las empresas, modernas cámaras de gas,
autómatas sin nombre redactan otro informe más sobre el progreso.
¿Qué progreso?
Yo sólo veo chavales de primero de ESO adictos al exceso.
Nos aprietan las tuercas, la masa tuerta
no puede vivir sin el tono de un móvil cerca.
La educación es terca y nos amuerma, enferma,
porque el director contrata siempre al profesor mas pelma.
Así el coeficiente intelectual decrece su índice,
si alguien proclama que crece es otro cómplice y te miente.
La mayoría vende el culo,
se lo lame al jefe, asciende.
La escala social siempre.
Si fumo en tu local no habrá cohartada,
el humo de los coches es diez veces más mortal y nadie hace nada.
No salgas de la manada, calla y traga.
Saben que facturas debes, saben que facturas pagas.
Si apagas la televisión no hay otro entretenimiento
y el silencio entre dos se hace violento.
Hablar con sinceridad, llorar nuestra infelicidad
se toma como una muestra de debilidad.
¡Y me preocupo!
Ahora todo es trabajo en grupo
y del pensamiento único jamás se supo.
Creedlo, entrad en mi ojo para verlo,
hasta el lobo solitario ya se siente mal por serlo.
Mi gobierno es otro ejemplo de cinismo:
¿Un partido socialista que no practica el socialismo?
¿Dónde está el ideal de ayudar?
Hay que pagar hasta por respirar,
busca otro planeta al que emigrar.
Somos esclavos del destino,
así vivimos,
nos imponen las normas
y jamás nos resistimos.
Los jefes del presidente
dictan el presente.
¿Crees que quien gobierna
realmente no te miente?
Esclavos del destino,
así morimos,
nos tratan como escoria
y sin fuerzas nos rendimos.
Los jefes del presidente
dictan el presente.
¿Crees que no controlan
también tu mente?
El sistema penitenciario crea desconfianza,
hay que pagar una fianza que solo al rico le alcanza.
La desesperanza crea paranoya
y mi alcalde tiene tanta panza
que no ve su propia poya.
Niños que desaparecen sin dejar rastro,
sus padres padecen, ya no dan abasto.
Así el pueblo suplica más control sobre si mismo
y pronto le implantarán un gps al organismo.
Mecanismo para marionetas.
¿No sientes los hilos invisibles atados a la chaqueta?
Y como buenos ciudadanos nada nos inquieta,
no pensamos que el poder nos quiere ver con las manos quietas,
sólo moviendolas para currar,
y en tenernos ocupados en comprar, sin ningún motivo.
El precio de una vivienda de mierda es abusivo
y encima nos timan inventándose el euribor.
¿Crees que es ficticio?
El 90% sufre de estrés
para que el fin de mes no sea un suplicio.
Tu sacrificio no da beneficio,
sin tiempo de saludar ni al vecino en tu edificio.
Nos mueve el vicio y el morbo.
A veces pienso que el SIDA fue ideado para eliminar estorbos
y liquidar la libertad s**ual,
mientras la iglesia dice que usar condón es pecado mortal.
Me revienta como ver que en laboratorios
saturan las grasas que luego nos alimentan,
así nuestra salud mental y física flaquea,
otro truco para hacer que obedezcas como sea.
La esclavitud total se acerca, ¿no la oléis?
¿No conocéis el mundo en el que permanecéis?
No os preocupéis,
da igual si no me creéis,
yo le escupo en la cara este mensaje al 6-6-6.
Somos esclavos del destino,
así vivimos,
nos imponen las normas
y jamás nos resistimos.
Los jefes del presidente
dictan el presente.
¿Crees que quien gobierna
realmente no te miente?
Esclavos del destino,
así morimos,
nos tratan como escoria
y sin fuerzas nos rendimos.
Los jefes del presidente
dictan el presente.
¿Crees que no controlan
también tu mente?
Ahora mi voz está llegando a miles de seres de todo el mundo, a hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que oprime a los inocentes. A aquellos que puedan oírme les digo ¡que no desesperen! Nuestra desgracia es consecuencia de la pasajera avaricia y la amargura de los hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los gobernantes morirán. Y el poder que le quitaron al pueblo volverá al pueblo. ¡Soldados, no dejéis que el futuro os esclavice! ¡Luchad, luchad por la libertad!