De todos los caminos Que hay por explorar Ninguno, ninguno, ninguno... De todas las bellezas Que hay por marchitar Ninguna, ninguna, ninguna... Ninguna que agitara mi esperpento Tan adentro que quemara. Ninguna fue capaz de comprender Esta ecuación que planteaba. Me enguyen las miradas Que me quieren rozar, Me esfumo, lo asumo, Lo juro. De todos los milagros Solamente queda uno Y ese uno... De cada primavera Sale entera una luna de madera. La suave intromisión, La dulce sensación en boca, La cosa más común,
La única cuestión que importa. Algunas sensaciones No se pueden contar No están adentro, lo siento. Por eso algunas veces No me duermo cuando debo Y me hace mal. Y acabo rezagado del horario De la gente que es normal. La simple brevedad, La corta duración de un beso, El dulce despertar De todos los sentidos muertos. La suave perversión La eterna duración del verso El dulce despertar De todos los sentidos muertos De todos tus sentidos muertos De todas las canciones Que faltan por cantar...