Era el primero de la clase, en salirse pa el recreo, en fumarse to las chustas, en coleccionar los ceros.
Era la negación de obviedad, y así no había manera, como un grano en el culo a punto de estallar.
Era la esperanza del futuro, la primera generación nacida en democracia, carne de cañón.
Era el conejillo de indias de los hombres malos, que a las puertas del colegio te daban caramelos.
Y ahora está frente al espejo, dispuesto a echar el resto y acabar con su cuento.
Nunca fue verdad la mentira, pero como todo en la vida, siempre hubo algo de ti, que ves venir el fin.
Era el problema de todos, maldita juventud que siempre está perdida, no sabe competir.
El nunca será el reflejo de otros, quieran lo que quieran, pues también pensaba y quiso decidir.
Es la luz de la esperanza un chaval de una plaza, que no vende sus ideas no se quiere rendir.
Y es la lucha antifascista, anticapitalista, lo tacharan de terrorista, porque quiso elegir.
Y ahora está frente al espejo, dispuesto a echar el resto y acabar con su cuento.
Nunca fue verdad la mentira, pero como todo en la vida, siempre hubo algo de ti, que ves venir el fin.
Mira la gasolina, como todo prende enseguida, que no dejaron otra opción ni otra salida.
Que no se cierran las heridas, cauterizadas a llama viva, acabara siendo un suicida pa quien se lleve por delante.