De la tupida selva negra
se escuchó un ruido chillon,
como de parto doloroso.
De la sanguinolienta placenta
una cresta infantil despierta.
Es la muerte que nos acecha,
majestuosa presencia ,
cautivante sonrisa fresca.
El niño está muerto. Y los gallos
SON HUMANOS
El niño muerto y los gallos humanos
El niño muerto y los gallos humanos...
Sobre el filo de la guadaña,
un desfile suicida de gallos,
sacuden sus plumas encantadas,
alterando la morbosa obsesión
de un energumeno infernal.
Puas metálicas argumentan su crueldad.
El niño está muerto y los gallos
SON HUMANOS
El niño muerto y los gallos humanos
El niño muerto y los gallos humanos...
Un regimiento violento de gallos
revoloteó por las salas del profundo escondite
picoteando como enfurecidos,
una pildora sensual.
Apasionantes rituales salpicaban
las lapidas de la catedral,
difuntas e inocentes;
como un niño muerto...
COMO UN NIÑO MUERTO...
El niño muerto y los gallos humanos...