En un cuartito gris vistan a David
la locura y el anís.
Vive en su interior un mundo de ficción
donde no llega el dolor.
¿Quien tocó su espalda?
Presiente que la noche se lo llevará.
Y bailará y cantará, no tiene miedo a la suerte.
Se vestirá de viejas ilusiones para esperar a la muerte.
Ella se acercó, David la desnudó,
el destino enfureció.
Suéltala David, te dejaré vivir,
no es su cuerpo para ti.
La muerte enamorada
pidió al destino deja que me quede aquí.
Y bailarán y cantarán provocando a la suerte.
Se jurarán amor eternamente y será suficiente.
Se besarán y llorarán los amantes rebeldes.
Tú no puedes separar esta unión que durará siempre,
sé que hay citas que cumplir, no tengas celos de David,
detén el tiempo para mí, te lo suplico.
Ay, mujer, no insistas más, es un mortal solamente.
Y David esperará paciente a su amante la muerte.
Llorarán, llorarán. Se amarán, se amarán los rebeldes.
Llorarán, llorarán. Se amarán, llorarán por su suerte.