Que carguen los pueblos caricias y alambres En fardos de amor Que llenen sus ojos con noche y estrellas Que mueran palabras de arena, resquicios De amargo dolor Que rieguen con sueños sus pies de madera Que brille al albor una dulce mirada De nostalgia serena Que lloren de pena grillete y cadenas Que siembran sonrisas humildes en tierras Donde reinan ausencias Que amordazan y niegan el sol a la vida Y si al despertar nos brindan las mañanas Aromas de lirio mezcladas con barro Que lancen al aire los niños miguitas de pan
Quien quiera que intente comprar con monedas Miradas que llenan de luz las aceras Repletas de pasos vacios que quieran hablar No se bate el latir de mi pecho en tu boca Ni se ensucia mi mano delante de ti Ni mi voz me abandona No se enebran mis venas con niebla y hollin Porque tengo un ejercito entero de versos que añoran Colgarse del aire y morir Cuando caigan estrellas de un cielo acabado Como lluvia a la tierra Seremos la voz que destierra las penas