Algo está mal (hay varias cosas mal),
las carcajadas del destino me han traído acá.
De a poco el aire se enrarece y huele mal,
con la promesa de que pronto todo va a cambiar. Pero mi instinto desconfiado de animal,
pide que corra sin parar, hasta que me cacen. Tiendo a pensar muchas veces de más,
doy rienda suelta a mi locura y me maquino mal.
Fuego con fuego no es la solución real,
crecen la sed, las confusiones, el dolor y el mal. Soy resistente y es que me han forjado así,
yo muerdo el polvo pero nadie me muerde a mí.
¡Voy a cantar, y me van a escuchar,
hasta que el cielo de una vez aprenda a perdonar! En la suerte no hay que confiar jamás,
en esta vida hay que volar ¡hasta que te cacen! ¿Qué vas a hacer acá?
Con la esperanza atada a un poste esperando piedad.
Si este cielo es cruel con su bondad, no pretendo entrar.