has de saber, mujer
que tu ser me hace
delirar, alucinar, en colores
el fondo de tu piel, esconde tesoros
para todo aquel, que se atreva a descender
a por ellos
y has de saber, mujer
que tu voz tan suave
es la miel que tiñe al sol
cuando sale
en cada amanecer, parece que sale
y cuando se pone, mirá como se pone
en cada atardecer