Otro día de sangre en el periódico, otra historia que me pone melancólico. Hay presión para colmar el barómetro. Esta atmósfera tan densa no se aguanta, no. La realidad del caso es que no hay salida de este laberinto de la economía a menos que allá arriba alguien tome iniciativa pero no se quiere doblar, no se inclina porque Le da igual. Desde su oficina le da igual. Tu calidad de vida le da igual. Desde lo alto todo le da igual, la verdad. Denigrante sombra de la deuda, en la calle todo el mundo es presa de esa desesperación de algunos que no ven alternativa para sobrevivir. Y en la suya vive el insensible siempre que en su lodo haya lo imprescindible, y es que para un cerdo es físicamente imposible alzar el cuello hasta ver el cielo. Le da igual.
Desde su oficina le da igual. Tu calidad de vida le da igual. Desde lo alto todo le da igual. Y nada cambia porque le da igual. Tiene la llave pero le da igual. Si no le afecta, claro, le da igual. Desde su lodo todo le da igual, la verdad. En circunstancias que obligan a huir, a emigrar, banqueros y bonistas ¡deberían pagar! Y de tanta politiquería nefasta ya basta. No quiero quedarme en casa sentado en la sala cuando afuera una masa de indiferencia malvive mi herencia. Le da igual. Desde su oficina le da igual. Tu calidad de vida le da igual. Desde lo alto todo le da igual. Y nada cambia porque le da igual. Tiene la llave pero le da igual. Si no le afecta, claro, le da igual. Desde su lodo todo le da igual, la verdad.