Otro día de sangre en el periódico,
otra historia que me pone melancólico.
Hay presión para colmar el barómetro.
Esta atmósfera tan densa no se aguanta, no.
La realidad del caso es que no hay salida
de este laberinto de la economía a menos
que allá arriba alguien tome iniciativa pero
no se quiere doblar, no se inclina porque Le da igual.
Desde su oficina
le da igual.
Tu calidad de vida
le da igual.
Desde lo alto todo
le da igual,
la verdad. Denigrante sombra de la deuda,
en la calle todo el mundo es presa de esa
desesperación de algunos que no ven
alternativa para sobrevivir.
Y en la suya vive el insensible siempre
que en su lodo haya lo imprescindible, y es que
para un cerdo es físicamente imposible
alzar el cuello hasta ver el cielo. Le da igual.
Desde su oficina
le da igual.
Tu calidad de vida
le da igual.
Desde lo alto todo
le da igual.
Y nada cambia porque
le da igual.
Tiene la llave pero
le da igual.
Si no le afecta, claro,
le da igual.
Desde su lodo todo
le da igual,
la verdad. En circunstancias que obligan
a huir, a emigrar,
banqueros y bonistas
¡deberían pagar!
Y de tanta politiquería nefasta ya basta.
No quiero quedarme en casa
sentado en la sala cuando afuera
una masa de indiferencia
malvive mi herencia. Le da igual.
Desde su oficina
le da igual.
Tu calidad de vida
le da igual.
Desde lo alto todo
le da igual.
Y nada cambia porque
le da igual.
Tiene la llave pero
le da igual.
Si no le afecta, claro,
le da igual.
Desde su lodo todo
le da igual,
la verdad.