Desde siempre el susurro de tu voz tranquilizaba mis temores e inquietud Sin embargo algo muy dentro de mí me confundió, y un día yo dudé de ti Te sentías como una mujer luchando por un corazón Milimetradamente hecho para ti Sentimientos y pasión, uniéndonos Formaron la promesa de este amor Que por culpa de los dos se marchitó
Pero que al fin renace hoy con calor Cuando lo dejamos pronto comprendí que las noches sin ti no tendrían fin Entonces me tocó beber de aquel licor, de aquel amargo trago, del desamor Tu silencio hizo que al volver yo me rindiera a tus pies No volverás ya nunca a dudar de mi.