En el patio del asilo están
Sentados tomando el sol un día más
En sus miradas solo queda el dolor
La vergüenza de verse en un rincón
Y ya no les queda ninguna ilusión
Sólo esperan su hora con resignación
Aunque quieran no podrán borrar
Aquellos recuerdos que no volverán
Las tardes llenas de alegría y calor
Con los nietos jugando en el salón
Son los abuelos que un día de invierno se fueron porque ya sobraban
Toda una vida luchando y criando a sus hijos para este final
Y les duele hasta el alma, de pena y de rabia en su soledad
Al ver tanto egoísmo, miseria y maldad
No les queda tiempo para más
Sus cuerpos cansados buscan ya la paz
Quizás entonces llegue a su corazón
El amor que la vida les negó
Y nadie les mira ni tiene valor
Para darles aliento y pedirles perdón.