Ayer me dijo un ave que volara
por donde no hay ardor;
que lo sufrido no resucita en sueños,
y en rezos nunca murió.
Que saque el aire de mis ojos,
que abrace al miedo con tus sueños,
que sea un guerrero de sangre,
para que nadie te haga daño.
Ayer me dijo un ave que volara
hasta desintegrarme;
que la distancia no es cansancio,
es fuerza, eres tú.
Que saque el aire de mis ojos,
que abrace al miedo con tus sueños,
que sea un guerrero de sangre,
para que nadie te haga daño.
Que saque el aire de mis ojos,
que abrace al miedo con tus sueños,
que sea un guerrero de sangre,
para que nadie te haga daño;
para que nadie te haga daño;
para que nadie te haga daño;
para que nadie te haga daño.