El pez nadando hoy busca la orilla, él busca terminar. Pero no quiere ser solo un pescado, él quiere alimentar. Nadando un plan que le arme el destino y el miedo un gran final. Pero él habla y no ve lo que pesa. Hace frío y no terminé. Ché, pez te cuento que nunca el destino nos muestra donde estás. Sólo tus pasos aclaran camino y ahí puedo acompañarte. Ché pez te quiero ahí justo al odiarte
mejor abandonar. Porque la carne no para las balas. ¡carne! Hace frío y no terminé. Subo al bote a flotar... con miedo de calma. Isla camalote... se hundió, culpa de plomada. Cementerio da... la paz. Hoy, no ves lo que hacés, nunca hay frío en la poesía de la muerte. Si te vas a tu altar nunca aplastes corazones-camalotes.