Bajo el destello de una luz encantada
a media noche su figura cambió
de salamandra a hechicera sagrada
por el conjuro de los brujos del sur.
dame más quiero más. gemía su alma temblaba su ser
dame más, quiero más; todo el poder
que del embrujo de la tierra brotó.
Nada más quisiera estar allí para hacerte sufrir
acariciando palmo a palmo tu cuerpo,
húmedo como un reptil.
Salamandra. voz de fuego, ojos de mujer
piel de hielo que me envuelve hasta enloquecer.
Corría libre a través del pantano
vistiendo hojas cocidas con fango.
hechizando a los hombres que al verla
creían que era inocente su risa.
dame más, quiero más. chupaba su alma
mientras su cuerpo el placer corroía.
dame más, quiero más. solo esperaba
que el tiempo diera su próxima víctima.
Nada más quisiera estar allí...