Capitulo II
PENDIENDO DE UN HILO
¿Y vivo para qué? , no conozco a nadie que me juzgue, a lo más un lamento de perro con un hocico hambriento lleno de sangre verde
El chapoteo del frío, las dunas de la nieve, se congeló hasta la vieja parka
que nunca lo abrigo,
la escuela pasada,
los niños se burlaban sin contemplación marcada
Por su postura, su origen desde una porción
tan desarmada
cambio su opinión desolada
Volvió, se mejoró, después de un tiempo callo bajo los mismos lamentos
Volvio que lleva una tristeza de su compasión
porque el sintió que era su obsesión
que era su única manera de salir
de la cúpula que era su vida hasta el fin
Que miró hacia el cielo y se estrangulo,
mientras pensaba que todo será peor
Mas podía hacer
la soga del cuello
se safó la piedra pendiendo un hilo marcas dejó:
Mis zapatos
rotos y el camino
eterna desolación y el barro que nunca te gusto
que nunca te gusto
Como el llanto en los ojos porosos de mi madre que brillan en la oscuridad,
Me preocupa, solo el objeto
un trayecto desde este punto
que quiero ser, yo no estoy muerto
inerte ser,
queda escapar la etapa que solo me hará cambiar