Al borde de un precipicio sin luz, Cabalgando sobre un soplo de aire Huye del fin, busca la vida que el destino le quiere quitar Y alrededor, frustradas batas verdes que intentan calmar La casi viuda voz de su mujer que intenta liberar Aquel momento de frustración que le llevó Que le llevó la maldición del triste azar Por un momento de placer sin razón El viento silbó en los árboles el himno del terror y sus ojos, Ya rojos de sangre, intentan ver la forma de encontrar Un solo reflejo entre tanto alcohol bebido aquella noche, Cuántas penas pudo olvidar, pero no así Esa no es razón para morir Vivió para conocer la tentación y Al encontrarla tiene que dejar de vivir y qué más da Cuidarse no es vida y la vida pide cuidarse, él lo quiso así Y ahora tiene un hijo que no puede mirar La destrozada faz de su progenitor y qué más da Nadie reprochará su insensatez Tú aún tienes dos rutas a seguir, La fría y sinuosa para atravesar La clara y firme para razonar, tú elegirás Pero procura por tu bien no fallar